Todavía estoy buscando las palabras.
Sé que tu no tienes prisa,
ya que mismo sin conocerme
tienes la paciencia de los demonios.
Y tus demonios son infantiles,
se despistan con un trozo de dulce,
con unas palomitas a la entrada del cine,
con una queda libre desde una montaña russa.
Las estoy buscando las palabras,
ellas vendrán.
Y cuando me escapen entre los dedos,
haciéndome cosquillas
y dejando que el sudor se convierta en miel,
estaremos juntos de alguna manera.
Compartir la felicidad es solo una decisión,
un acto sencillo de amor
que transciende el tiempo y las ventanas.
Las palabras saldran ¡no te preocupes!
Aqui seguiré!
Búscate el momento justo!